viernes, 12 de febrero de 2010

Poliquistosis renal


La poliquistosis renal (PKD, por sus siglas en inglés) se transmite de padres a hijos (hereditaria), generalmente como un rasgo autosómico dominante. Si uno de los padres es portador del gen, sus hijos tienen un 50% de probabilidades de padecer el trastorno.

La enfermedad poliquística autosómica dominante se presenta tanto en niños como en adultos, pero es mucho más común en estos últimos, con síntomas que no aparecen hasta una mediana edad.

También existe una forma autosómica recesiva de la poliquistosis renal y aparece durante la lactancia o la infancia. Este tipo tiende a ser muy grave y progresa rápidamente, llevando a que se presente enfermedad renal en estado terminal y generalmente causando la muerte durante la lactancia o la niñez.

Las personas con esta enfermedad presentan múltiples racimos de quistes que se forman en los riñones. La acción exacta que desencadena la formación de quistes se desconoce. En las primeras etapas de la enfermedad, los quistes hacen que el riñón se inflame, alterando su funcionamiento y llevando a que se presente hipertensión arterial crónica e infecciones renales. Estos quistes pueden hacer que los riñones incrementen la producción de eritroproyetina, una hormona que estimula la producción de glóbulos rojos. Esto lleva a que haya demasiada cantidad de estos glóbulos, en lugar de la anemia que se observa en la enfermedad renal crónica.

El sangrado en un quiste puede provocar dolor de costado. Los cálculos renales son más comunes en las personas que tienen este trastorno.

Tratamiento

El objetivo del tratamiento es controlar los síntomas y prevenir las complicaciones. La hipertensión arterial puede ser difícil de controlar, pero su control es el aspecto más importante del tratamiento.

Los tratamientos pueden abarcar:

  • Medicamentos para la presión arterial
  • Diuréticos
  • Dieta baja en sal

Cualquier infección urinaria se debe tratar oportunamente con los antibióticos apropiados.

Es posible que los quistes que son dolorosos, que estén infectados, que estén sangrando o causen obstrucción necesiten ser drenados. (Por lo general hay demasiados quistes como para hacer de su extirpación una alternativa factible).

Es probable que se requiera la extirpación quirúrgica de uno o ambos riñones. El tratamiento de la enfermedad renal puede incluir diálisis o trasplante de riñón.

miércoles, 10 de febrero de 2010

La diabetes, una enfermedad muy común

La diabetes es un desorden del metabolismo, el proceso que convierte el alimento que ingerimos en energía. La insulina es el factor más importante en este proceso. Durante la digestión se descomponen los alimentos para crear glucosa, la mayor fuente de combustible para el cuerpo. Esta glucosa pasa a la sangre, donde la insulina le permite entrar en las células. (La insulina es una hormona segregada por el páncreas, una glándula grande que se encuentra detrás del estómago).En personas con diabetes, una de dos componentes de este sistema falla:
  • el páncreas no produce, o produce poca insulina (Tipo I); or
  • las células del cuerpo no responden a la insulina que se produce (Tipo II).

    Este defecto de la insulina provoca que la glucosa se concentre en la sangre, de forma que el cuerpo se vé privado de su principal fuente de energía. Además los altos niveles de glucosa en la sangre pueden dañar los vasos sanguíneos, los riñones y los nervios.

    No existe una cura para la diabetes. Por lo tanto, el método de cuidar su salud para personas afectadas por este desoren, es controlarlo: mantener los niveles de glucosa en la sangre lo más cercanos posibles los normales. Un buen control puede ayudar enormemente a la prevención de complicaciones de la diabetes relacionadas al corazón y el sistema circulatoria, los ojos, riñones y nervios.

    Un buen control de los niveles de azúcar es posible mediante las siguientes medidas básicas: una dieta planificada, actividad física, toma correcta de medicamentos, y chequeos frecuentes del nivel de azúcar en la sangre.

lunes, 8 de febrero de 2010

Hermafroditismo

En una época en la que los gays, las lesbianas y hasta los transexuales han sido aceptados por la sociedad, los hermafroditas siguen siendo un embarazoso problema burocrático en un mundo cuyas hojas de censo sólo tienen dos casillas en el apartado de “sexo”: “varón” o “hembra”.
El término “hermafrodita” procede de la mitología griega, que cuenta cómo de la unión de Hermes y Afrodita nació un extraño ser que tenía cuerpo femenino y genitales masculinos.
Aunque en otras especies animales el hermafroditismo es la regla, en la Humanidad es la excepción: una anomalía genética del embrión o de la madre que da lugar a híbridos entre hombre y mujer.

Dentro del hermafroditismo, hay varios grados, pero los más habituales son los siguientes:

Pseudohermafroditistmo masculino: cuerpo de hombre con testículos y órganos sexuales femeninos.

Pseudohermafroditismo femenino: cuerpo de mujer con ovarios y órganos sexuales masculinos.

Hermafroditismo total: poseen tejido gonadal de ambos sexos, que se manifiestan en un pene y un clítoris atrofiados.